¿Alguna vez has estado en una tormenta?
No es del tipo que depende del clima.
El tipo en el que tu vida gira en todas direcciones.
rápido, ruidoso, abrumador.
Y no puedes ejecutarlo ni arreglarlo.
Sólo tienes que quedarte ahí y resistir .
No porque sea fácil. Sino porque no hay otra opción.
Eso es resiliencia.
No es bonito.
No siempre pacífico
Pero necesario.
Más que una palabra
La resiliencia a menudo se describe como dureza o capacidad de recuperarse.
Pero es más profundo que eso.
Es el momento en el que tu mundo se desmorona y aún así sigues cocinando la cena.
Es despertar ansioso, pero aún así presentarte para tu gente.
Está perdiendo más de lo que creía que podía manejar.
y todavía encuentro una manera de continuar.
La resiliencia no es algo que se publica.
Es algo que se vive.
Aparece cuando dejas de intentar escapar y empiezas a acumular fuerza en medio del caos.
El músculo que no ves
La resiliencia es un músculo.
Y como cualquier músculo, se construye a través de la presión, la repetición y el descanso.
Lo construyes cuando:
-
Mantienes la calma cuando todo lo demás se derrumba
-
Te permitiste hacer una pausa sin rendirte
-
Encuentras disciplina cuando tu energía está baja
-
Creces a partir de lo que estaba destinado a quebrarte.
No se trata de fingir que no te preocupa.
Se trata de saber navegar por temporadas difíciles sin perderse a uno mismo.
Para aquellos que siempre están en movimiento
Algunas personas se curan mejor en movimiento.
Piensan con más claridad cuando el camino está abierto.
Respiran mejor cuando están lejos de donde ocurrió el daño.
La resiliencia en movimiento se ve así:
-
Desempacando momentos difíciles en nuevos lugares
-
Entrando en una nueva temporada con el mismo cuerpo pero con un alma diferente.
-
Encontrar el equilibrio entre la libertad y la disciplina
Aprendes a llevar tus lecciones contigo pero dejas el peso atrás.
El movimiento se convierte en terapia.
No correr sino elegir
El cambio que todos necesitamos
Hay un momento en el que todo encaja.
Te das cuenta de que la resiliencia no es algo que intentas ganar.
Es algo que ya has estado practicando.
Ése es el cambio.
No se trata de ser duro todo el tiempo.
Se trata de reconocer la fuerza que se necesitó para seguir adelante.
sin aplausos, sin aprobación, sin garantías.
Ahí es cuando lo ves.
En tu historia.
En tus patrones.
En el latido de tu corazón.
La resiliencia estuvo ahí todo el tiempo.
Por qué es importante
Esto no es sólo una palabra impresa en tela.
Es un mensaje.
Un recordatorio.
Una declaración.
Representa:
-
Todo lo que tuviste que superar sin romperte
-
Las noches que pasaste en silencio
-
Los días que cargabas con peso y no tenías a nadie a quien pasártelo
Llevarlo no es sólo estilo.
Es una forma de contar tu viaje sin tener que explicarlo.
Es una forma de recordarte que ya has sobrevivido a días más difíciles que éste.
Representa tu viaje completamente
Este mundo intentará apresurar tu curación, minimizar tu historia y pasar por alto tu fortaleza.
Pero la resiliencia no tiene que ver con la perfección ni con el esfuerzo constante.
Se trata de mostrarte diferente cuando la vida exige más de lo que esperabas.
Entonces, si todavía estás creciendo, todavía estás respirando, todavía estás intentándolo.
Eso cuenta.
No tienes que justificar tu ritmo.
No tienes que comparar tu proceso.
No necesitas permiso para ocupar espacio.
Sólo necesitas representar tu viaje .
Porque lo vivido ya lo demuestra:
Eres resiliente